Patriotismo no es fascismo. Amar a tu país no es odiar a los demás.
En los últimos años hemos visto cómo determinados sectores políticos y sociales intentan apropiarse del concepto de patriotismo, confundiendo interesadamente el amor a la patria con un discurso excluyente, autoritario y cargado de odio. Pretenden convencernos de que ser “más patriota” significa levantar muros, señalar al diferente y ondear la bandera como un arma arrojadiza.
Pero nada más lejos de la realidad. Ser facha no es ser patriota.
El fascismo se nutre del miedo, la intolerancia y la imposición. Se esconde detrás de símbolos y banderas para justificar un modelo de país uniforme, autoritario y excluyente. Esa visión reduce España a un cliché vacío y peligroso, donde no caben la diversidad, la democracia ni los derechos conquistados con tanto esfuerzo.
El verdadero patriotismo, en cambio, se construye desde la defensa de la democracia, la igualdad, la justicia social y el respeto a las libertades. Ser patriota es querer que tu país progrese, que nadie quede atrás, que la bandera represente a todos y todas sin distinción. Ser patriota es cuidar lo común, defender los servicios públicos, proteger la convivencia y luchar por un futuro mejor para las siguientes generaciones.
👉 Porque amar a España no es odiar al de al lado, ni mirar con recelo al que viene de fuera. Amar a España es defender una sociedad abierta, justa y solidaria.
👉 Porque la patria se honra con libertad, no con miedo.
👉 Porque fascismo y patriotismo no son lo mismo, ni lo serán nunca.
No caigamos en la trampa: patria y democracia van de la mano, fascismo y odio nunca serán la respuesta.
